En una entrevista concedida por el príncipe Enrique y su esposa Meghan Markle a la presentadora estadounidense Oprah Winfrey los duques de Sussex confesaron haberse sentido «atrapados» en el palacio de Buckingham.
Durante 120 minutos de conversación, llena de revelaciones y puntuada por alguna lágrima, los duques de Sussex confesaron haberse sentido «atrapados» en el palacio de Buckingham y abandonados a su suerte por la familia real frente a la incesante presión de los tabloides británicos, que han convertido a la actriz norteamericana en uno de sus villanos de cabecera.
Esa suma de factores se habría vuelto tan insoportable que Meghan llegó a contemplar el suicidio cuando estaba embarazada de su primer hijo.
“Me daba vergüenza admitirlo ante Harry, pero sabía que, si no decía nada, lo acabaría haciendo. Simplemente no quería seguir viviendo”, confesó la duquesa de Sussex, visiblemente embarazada de su segundo hijo. Meghan sostuvo que, desde el momento en que empezó a salir con Enrique, fue “silenciada” por la familia real, que le impuso la consigna del “no comment” mientras la prensa se cebaba con ella.
Seguidamente, el Príncipe Harry la acunó y vio por ella, incluso la duquesa buscó ayuda psicológica dentro del Palacio pero simplemente no quisieron atenderla, la rechazaron. En conclusión, hablando sobre la depresión, la salud mental y el suicidio, Meghan reiteró para los espectadores: “Comparto esto porque hay muchas personas que tienen miedo de expresar que necesitan ayuda, y sé lo difícil que es no solo expresarlo, sino que se les diga que no”.
En palacio se sintió “sola” y “atrapada”, una sensación que se agravó cuando se le comunicó que la familia real no quería que su hijo todavía no nacido adoptara el título de príncipe o princesa. Al ser preguntada por los motivos, la duquesa afirmó que la familia expresó su preocupación sobre el color de la piel del niño. “Hubo conversaciones sobre lo oscura que podría ser su piel”, dijo la actriz mulata ante la estupefacción de Oprah.
Ni ella ni su marido quisieron revelar la fuente detrás de esas conversaciones porque “sería muy dañino para ellos”, dijo Meghan. “En su momento fue incómodo, me dejó chocado”, apostilló Enrique, que se negó también a dar nombres.
Este lunes, al mediodía, la propia Oprah ha aclarado que ni la reina Isabel II ni su marido, el príncipe Felipe, formaron parte de esas conversaciones. Enrique no quiso revelar quién había planteado las preocupaciones, ha explicado Winfrey a la CBS tras la emisión del programa, pero «quiso asegurarse de que yo supiera, y si tenía la oportunidad lo compartiera, que no fueron su abuela ni su abuelo los que formaron parte de esas conversaciones».